Como diseñadores, hoy en día ¿somos realmente conscientes de la situación en la que nos encontramos con respecto al cambio climático y sus consecuencias? ¿acaso hemos pensado en las implicaciones que cada uno de los proyectos que desarrollamos tiene en el calentamiento global? Seguramente sí lo hemos contemplado y tengamos conciencia sobre la importancia de esto, pero más importante aún es analizar lo que estamos haciendo para evitarlo o por lo menos mesurarlo. ¿qué tanto estamos aportando?
Es evidente que nosotros somos los responsables y causantes de todos los daños que está sufriendo el planeta. Tanto ingenio, tanta innovación, tanta tecnología que nos ha permitido desarrollar los más sorprendentes objetos, nos han hecho creer que seremos capaces de sobrellevar cualquier circunstancia – pues finalmente así ha venido siendo, hemos encontrado solución para cada situación.- Pues bien, es precisamente a esta habilidad del ser humano a la que tenemos que otorgarle la responsabilidad o más bien el peso de las consecuencias que ahora se tienen que enfrentar. Finalmente estamos siendo víctimas de nuestros propios inventos.
Como diseñadores creamos objetos para mejorar la calidad de vida del ser humano, para hacer más eficientes ciertas actividades, o permitir otras tantas. Pues bien, considero que siempre hemos estado dirigidos hacia esa meta principalmente, solucionar una situación presente. Pero creo que es una minoría la que se ha preocupado por pensar en el futuro y se ha interesado por hacerlo valer. ¿Quién se iba a imaginar que esos objetos que llegaron en un determinado momento para facilitarle la vida a un grupo de personas, iba a terminar con la vida del planeta entero a largo plazo? Lamentablemente ese insaciable apetito de energía es el que nos tiene hoy en una situación que exige determinación y acciones concretas.
Cada grado en la temperatura supone un futuro completamente distinto, y es hoy donde todavía estamos a 2° para poder hacer algo por el planeta y prevenir que las consecuencias de nuestros actos sean aún peores. No basta con saber, pensar y ser conscientes del problema que nos asecha – que de hecho ya se está manifestando -, como diseñadores es ahora cuando tenemos que innovar y proponer soluciones que hagan uso de los recursos como se debe, sin desperdiciarlos y evitando al máximo el consumo de energía. Finalmente, ante los comportamientos de la naturaleza, no hay tecnología ni ingenio, ni innovación que sirva para evitarlos, pero con prevención seguramente se podrán superar, siempre y cuando se esté preparado.
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